domingo, 5 de junio de 2016

Secretos de Irlanda. Etapa 1

¡Buenas tardes a todos!

Como sabéis, llevamos ya algo más de un año en Irlanda. ¡Este tiempo ha pasado súper rápido! Tanto que ni siquiera era consciente del tiempo que llevamos aquí varadas en Dublín...

De repente, un día se me ocurrió la idea: quiero coger un coche (o moto) y darle la vuelta a la isla... 
No sé de dónde viene esa fuerza que me empuja a querer descubrir este país... Es como una energía muy fuerte que no puedo controlar y que me empuja a querer descubrirlo todo...
Claro, esto sería perfecto en un mundo idílico, en el que no tuvieras que trabajar y pudieras vivir a tu libre albedrío... (algún día lo conseguiré...). Así que tuvimos que conformarnos con una semanita, que es lo que pudimos rascar para dividir nuestros días de vacaciones. En concreto, el viaje se extendió desde el sábado 7 al domingo 15 de mayo. 
Nuestra idea inicial era cubrir la costa oeste de Irlanda, e ir parando en firerntes localizaciones a medida que íbamos avanzando. Luego nos dimos cuenta que sería más efectivo seleccionar dos localizaciones: Killarney y Oughterard, una al sur y la otra al norte, e ir barriendo ambas zonas, organizando así el viaje en dos zonas principales: el parque nacional de Killarney y el anillo de Kerry por un lado y, por otra parte, Connemara, Galway y las islas de Arán.

Aunque no tuvimos mucho tiempo para organizarnos, la preparación fue algo simple, lo que más dolor de cabeza nos trajo fue el alquiler del coche. Ahora os cuento un poco cómo fue. Antes, hablemos de la estancia.

La opción elegida fue utilizar Airbnb. Para los que no lo conozcan, Airbnb permite alojarte en cualquier parte del mundo, ya sea compartiendo casa o en una propiedad completa. En nuestro caso lo escogimos teniendo en cuenta que es una opción económica (más sabiendo que Irlanda es un país bastante caro) y porque además nos permite estar más en contacto con la gente de la zona, que en mi opinión, es una de las cosas más importantes a la hora de viajar. Los anfitriones te suelen ayudar con consejos e ideas muy interesantes (al final son los que mejor conocen la zona) y la verdad es que hasta ahora, solo hemos tenido buenas experiencias. 
Si aún no tienes cuenta, puedes registrarte aquí y llevarte un descuentito :)

Respecto al transporte, está claro que en un país como este, sin lugar a dudas lo mejor es alquilar un buga. Los transportes son caros y no están muy bien servidos. Nuestra idea era visitar los puntos más recónditos del sur y oeste de la isla, y allí no llegan buses ni trenes. Los viajes organizados estaban totalmente descartados, así que las únicas opciones restantes eran: coche, bici y moto. Bici y moto, estaban descartadas por sistema, así que nos lanzamos a por el coche.

El alquiler de un coche en Irlanda es bien sencillo y barato si tienes una tarjeta de crédito. Como no la tenemos, la cosa se complica. No tanto por el precio, sino por que automáticamente te lo deniegan.
Después de contactar con la mayoría de empresas de alquiler, por fin dimos con una que nos ofreció el alquiler sin tarjeta de crédito. En ese caso, simplemente te piden un depósito y que contrates un seguro a todo riesgo.
La compañía en cuestión es Dooley Cars, está situada en el aeropuerto y nos ofrecieron 8 días de alquiler por a 248,50€. El requisito extra de la tarjeta de débito es pagar unos 100€ de seguro a todo riesgo (con tarjeta de crédito el alquiler hubiera sido de 148€) y dejar un depósito de 500€.
Ahora, otra cosa que nos llevó un ratito era encontrar en sí el mostrador del renting car. Nos volvimos locas buscando por el aeropuerto el maldito stand y resulta que estaba dentro de la terminal. No hagáis la misma tontería que nosotras y dirigíos directamente a la terminal. Una vez allí, rellenáis los datos y os dicen que salgáis, ya que una furgoneta se encarga de llevaros al sitio donde tienen todos los coches (está cerca del aeropuerto pero fuera de éste). No son más de 5 minutos. Allí te dan las llaves de tu coche, te explican que el depósito está lleno y debes devolverlo igual y que debes devolverlo en ese sitio (no es preocupéis que la explicación es nivel dummies, no vas a tener problemas),

La diversión empieza ahora: nos dan un Renault Clio nuevo, negro, 5000 km y, lo mejor, incluye GPS sin haberlo contratado aparte. El coche es comodísimo, está impecable y después de hacer una pequeña prueba de conducción (he de decir que mi primera experiencia de conducción con el volante al otro lado y circulando por la izquierda me preocupaba), arrancamos con muchas ganas.
Partimos rumbo a Killarney.

7 de mayo de 2016

Aeropuerto de Dublin - Cashel - Killarney

Salimos del aeropuerto directamente rumbo a Cashel. Viajamos con la Guía de Irlanda de Lonely Planet, así que a grandes rasgos, el viaje está diseñado. Hemos leído que Cashel es un sitio muy bonito, y para que no se nos queded ahí colgado, decidimos visitarlo el primer día, de camino a nuestro primer centro neurálgico: Killarney.


RESUMEN DE LA RUTA:
  • Distancia: 314 km
  • Tiempo aproximado: salimos sobre las 11.30h y llegamos a Killarney sobre las 19h, después de parar en Cashel
  • Localidades de interés: Cashel
En todo momento seguimos la ruta marcada por el GPS del coche (ojo aquellos que no estéis acostumbrados a conducir por la izquierda, porque el espejo y todo el costado izquierdo del coche no se controla! Da la sensación de que estás súper lejos del fin de la calzada, y sin embargo vas pegadito... Así que mi consejo es que trates de pegarte al centro, más que a la izquierda) hacia Cashel. Estos primeros kilómetros fueron aburridos, más para acostumbrarme al coche y a conducir por la izquierda que otra cosa. Una vez conseguimos salir de Dublín, seguimos por la autovía prácticamente todo el camino hasta Cashel. 

Cuidado también con la autovía de peaje. Entre la salida 6 y 7 de la M50 se encuentra el peaje. Tienes hasta las 8pm del día siguiente para pagarlo (lo puedes hacer online, eso sí, pero estate atento/a que los recargos son interesantes). Aquí tienes la info del peaje.

La verdad es que este fue el peor día en cuanto a clima de toda la semana: estuvo lloviendo sin parar desde que salimos de Dublín y hasta que llegamos a Killarney.
Así que el clima afectó definitivamente a nuestra visita a Cashel. Nada más llegar, encontramos otro revés. El pueblo está bastante transitado y el aparcamiento está regulado. Así que tuvimos que buscar un sitio medio decente para dejar el coche y limitarnos a las 2h de estacionamiento regulado (2€, luego podías volver a echar dinero a la máquina, pero desde luego tuvimos suficiente).


En primer lugar, paseamos un poco por el pueblo. Es un pueblo agradable, pequeñito pero lleno de vida. Fuimos al castillo (según la guía, The Rock of Cashel es una atracción imperdible), con la mala suerte de que lo estaban restaurando y tenía un andamio en la fachada. Así que ni foto ni entramos. Y para colmo estaba lloviendo...
¿Plan alternativo? Nuestro preferido, buscar un sitio para comer. La verdad es que había diferentes opciones interesantes, pero nos decantamos por un pequeñito y colorido café, el Ladyswell Restaurant. Sobre todo nos llamó la atención el nombre y que tenían café Illy, así que no lo pensamos mucho y nos hicimos un huequito entre los locales para disfrutar de un burrito de pollo (sí, lo sé… María no es que se caracterice por sumergirse en la cultura del lugar… XD) y un suculento chowder, acompañados, cómo no, por un buen café Illy… Para reponer y coger fuerzas, que aún quedaba camino.

Había otras cosas interesantes en el pueblo. Os dejamos este link, donde podéis ver las atracciones que esta localidad de Tipperary puede ofrecer.
 
Dejando atrás Cashel seguimos la ruta hasta Killarney, por carreteras enanas, poco transitadas y lluviosas. 
Algunos de los sitios bonitos que dejamos atrás (quedarán pendientes para una futura visita) fueron Abbeyleix (echa un ojo aquí, para saber algo más del sitio) y Cahir, también en Tipperary. De este último nos llamó muchísimo la atención el castillo, que pudimos ver desde la carretera. 
Si quieres saber algo más del sitio, echa un vistazo aquí.

Kilómetro a kilómetro, el paisaje cada vez se hace más bonito, lleno de verde y animales por el camino, hasta que llegamos a Killarney. Una gran población que aparece de repente en medio de la nada que atravesamos, en la que como mucho, vas viendo casitas salteadas y alguna que otra granja. De tanto verde y paisaje desolado, ¡casi asusta encontrar un Lidl en medio de nuestro camino! ¡Civilización! Aunque sigue siendo todo muy verde y muy rural.
Como es casi las 7 de la tarde, decidimos no liarnos mucho por el pueblo y buscar el alojamiento, mañana habrá tiempo de investigar alrededor.

El primer alojamiento se trata de un Bed & Breakfast, Dunloe View Hostel. Se encuentra en la carretera N72, de Killarney a Killorglin (la del Ring of Kerry), poco antes de llegar a Beaufort, a la derecha de la carretera, en el sentido indicado de la marcha.
Es un sitio muy agradable. Una casa grande familiar con granja, donde disfrutas de unos días de paz y tranquilidad en medio del campo y un ambiente muy relajado. Además, se encuentra perfectamente ubicado para visitar el parque nacional de Killarney, hacer el Ring of Kerry y recorrer la península de Dingle (como hicimos nosotras). Si vas en coche, perfecto, tienen aparcamiento y además, si pretendes ver toda la zona como hicimos nosotras, es fundamental (en bici sería muy chulo, pero tienes que ser un afortunado para tener al menos 1 mes de vacaciones). Si vas a pie, se encuentra en un sitio clave para patear todo el parque y descubrir parajes tan bonitos como el Gap of Dunloe.

La estancia incluye un exquisito desayuno (eso sí, lo preparas tú, pero merece la pena) con huevos recién puestos y pan casero. Tienes también acceso al resto de la casa (sala de juegos y lectura, comedor y cocina súper equipada) y al exterior, donde no tuvimos el placer de compartir un desayuno en el porche junto a Cailin, la cabra mascota del hostal, que si te quedas, seguro que os hacéis amigos inseparables.
A nosotras nos gustó porque te permite independencia total, no tienes que depender de restaurantes para comer, puedes comprar en Lidl o cualquier otro súper del pueblo y preparar tus cosas allí (la cocina es inmensa, aunque el hostal tiene 6 habitaciones y estaba a full cuando estuvimos, rara vez tuvimos que hacer cola o esperar para preparar algo).

Sin embargo, por la zona hay montones de B&B, la forma más práctica de conocer estos parajes. En todas las carreteras y pequeños pueblitos, encontrarás algunos. Sería imposible listarlos todos, echad un vistazo en buscadores como:

La opción cámping y caravaning también está contemplada en la zona de Killarney.
Por ejemplo, tienes:

Por supuesto, en los pueblos más grandes también encuentras hoteles, si te gusta más ese estilo.

Bueno, se acaba el día de hoy. Conocimos a John (dueño del hostal) y a Cailin, recogimos nuestras cosas, nos pusimos cómodas y a disfrutar de la primera parada.
Vale, vale... Sé que estáis deseando conocerla, así que os comparto el link: Pincha aquí.

Por ser el primero, el día no ha estado mal. También nos apetece descansar y perrear un rato, preparar la ruta  y diseñar el resto de días.

¡Hasta mañana!