jueves, 18 de octubre de 2012

Otoño de castañas

Me levanto hoy y veo el cielo por fin cubierto y gris. Abro la ventana y huelo a lluvia, a calle mojada... Casi sin pensármelo retrocedo a mi infancia, cuando de niños buscábamos castañas en días como éste, aprovechando el momento justo en que paraba de llover...
A eso me ha recordado este día y de eso es de lo que voy a escribir hoy, de las castañas, frutos típicos otoñales, que llegan cargaditas de energía.
Pues bien, la castaña, a pesar de la mala fama que tienen los frutos secos de calóricos, es un fruto seco con un valor energético bastante moderado. Una docena de castañas (aproximadamente unos 100 gramos) aporta alrededor de 200 kcal, con solo un 2% de grasas, lo que las diferencia de otros frutos secos como las nueces (rondan las 650 kcal y de ellas, aproximadamente, el 70% corresponden a grasas) o las almendras  (con unas 575 kcal por cada 100 gramos y casi el 55% de grasas).
Otra de las características que diferencia la castaña del resto de frutos secos es la cantidad de hidratos de carbono que contiene. En la castaña, aproximadamente el 41% corresponde a hidratos de carbono, básicamente almidón, que procura energía de forma gradual a nuestras células, manteniendo un nivel de glucemia constante y evitando picos insulínicos. Esto las hace un alimento interesante a tener en cuenta en dietas de deportistas y diabéticos.
Además, aportan abundantes nutrientes como vitaminas C, B1, B6, ácido fólico y vitamina E; así como minerales, siendo los más destacables el potasio (500 mg/ 100 g de castañas), fósforo, magnesio y hierro.
Respecto al contenido en fibra y calcio, es moderado, no destacan especialmente por esos nutrientes.

Su aroma dulce y sabor delicado las hace un alimento muy a tener en cuenta para incluir en la alimentación de todos, tanto niños, ancianos, deportistas... Ya sean crudas, asadas (se digieren mejor aunque pierden parte de vitaminas, concretamente vitamina C) o integrándolas en otras recetas, dulces como el famoso y riquísimo "marrón glacé" (y que colgaré la receta en cuanto tenga castañas ;)), o saladas, muy típicas de la cocina asiática (aunque son otra variedad de castañas).

Y bueno, desde aquí animar a aquellos que podáis no solo a incluir la castaña en vuestras dietas, sino también, a que disfrutéis de esas agradables jornadas camperas en las que ir a buscar castañas era la excusa perfecta para echar unas risas en familia o amigos y disfrutar del abrazo de la naturaleza, el olor de la tierra y el contacto con el medio.

Que tengáis una buena tarde. Saludos!

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